El primer paso en el tratamiento del melanoma es la cirugía. Hoy día, los médicos pueden eliminar mucho menos tejido, con iguales beneficios de supervivencia y dejando al paciente con una cicatriz mucho más pequeña.
Los melanomas delgados a menudo se extraen en el consultorio del médico o como un procedimiento ambulatorio bajo anestesia local.
Si el melanoma es más grueso, se pueden hacer colgajos de piel cercana al tumor o con injertos de piel tomados de otra parte del cuerpo, asegurando un buen resultado cosmético.
La cirugía de Mohs es la técnica individual más efectiva para extirpar los carcinomas de células basales y de células escamosas y ahora está demostrando ser una forma eficaz de extirpar el melanoma in situ. Esta cirugía preserva la mayor cantidad de tejido sano y logra una tasa de curación del 98 % o más.
El procedimiento le permite al cirujano quitar una capa delgada de tejido a la vez, controlándola bajo un microscopio para detectar la presencia de células cancerosas. Si los márgenes están libres de cáncer, se completa la cirugía. De lo contrario, se extrae más tejido del margen hasta que la muestra esté libre de cáncer.
La cirugía es el único tratamiento necesario para los melanomas in situ, aquellos que están en la capa superficial de la piel.
Los procedimientos quirúrgicos pueden retrasar la necesidad de un tratamiento sistémico para pacientes cuyo cáncer se ha propagado a un área o en un grado limitado. Finalmente, la cirugía puede desempeñar un papel importante en la erradicación de cualquier cáncer residual.
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